Artistas

Ana Lucía Sandoval

Ana Lucía es una artista multidisciplinaria nacida en Guadalajara, Jalisco, y formada por la vibrante tierra de Morelia, Michoacán. Desde su infancia, ha transitado sin esfuerzo por diversas formas de arte: ballet, fotografía, pintura, escultura, graffiti y videoarte, hilos entrelazados en su camino creativo. Sus habilidades como creadora también se extienden al diseño de mobiliario y objetos utilitarios, donde la funcionalidad se convierte en un lienzo para su visión.

Graduada en Artes Aplicadas en Comunicación Visual (Lycée La Tourache École de la Chambre de Commerce et Industrie du Var, Francia, 1998-2002), Ana Lucía comprende profundamente la conexión esencial entre el artista y el espectador, entre la intención y la percepción.

Su obra, impregnada en el momento presente, es una sinfonía visual que desafía la fragmentación, abrazando la idea de que el todo es mayor que la suma de sus partes. A través de colores que resuenan como frecuencias y líneas que respiran su propio ritmo, su arte se convierte en una declaración filosófica sobre la existencia, la conciencia y la interconexión.

Maestra en el uso de la teoría del color, fusionada con su estilo rítmico, transforma el espacio que habita su obra, haciendo que el ambiente vibre en armonía con la mirada del espectador. Cada pieza es una invitación a experimentar la realidad de nuevas formas, donde lo ordinario se convierte en un portal hacia lo sublime.

El trabajo de Sandoval tiene una profunda intención: transmitir al espectador las percepciones más íntimas que ha cultivado a lo largo de años de meditación y contemplación. Este viaje la ha llevado a redescubrir lo elemental, lo puro, lo inocente y lo verdadero. Desde 2005, ha incorporado estas técnicas avanzadas a su práctica artística, uniendo pasión, disciplina y una constante búsqueda del significado de su creación. Cada trazo es un eco de esa fuente primordial de existencia que permea su obra, dejando un testimonio visual de unidad.

DECLARACIÓN ARTÍSTICA

Para mí, la pintura es un momento sagrado, un diálogo íntimo entre mi ser y lo infinito. Lo llamo “El Gran Momento”: un regreso al origen, al núcleo de una idea, donde la mente se aquieta y el conocimiento aprendido se disuelve en la pureza de lo esencial. Mi búsqueda está dirigida hacia el Momentum Infinito, un espacio de silencio absoluto donde todo nace y todo se recrea.

Aquí no hay lugar para la inspiración convencional; es un acto de inocencia, de dejar ir lo conocido y entregarse al flujo intuitivo del color y la textura. Pinto siguiendo la vibración del momento, sin juicio ni expectativa, permitiendo que mi subconsciente se revele a través del proceso, como si cada pincelada desatara su propio poder oculto.

A través de líneas, como un mantra visual, he descubierto que el silencio tiene un ritmo. Ese pulso vibrante se refleja en mis obras, en la serie que he titulado “Ritmos del Silencio”, donde cada trazo es un latido que resuena con la esencia misma del ser.

Mi pintura no es solo un objeto visual; es una fuente de energía. Cada pieza extrae su ritmo desde lo profundo, desde esa dimensión interior donde el ser existe sin racionalizar, libre para soñar despierto. Invito al espectador a sintonizar con esta dimensión intuitiva y sensible, a dejarse llevar por la vibración y el ritmo del silencio, encontrando en él una verdad que solo se revela cuando todo lo demás ha desaparecido.

OBRAS DEL ARTISTA

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